domingo, 25 de octubre de 2009

LA SOCIEDAD DEL ESPECTACULO DE GUY DEBORD


Lo que antes se vivía realmente, ahora es representación, según las palabras de Guy Debord, se van hacia lo visual, pues no solo con la palabreria se llega a ver tan clara, la verdad. Debord nos muestra un reflejo de nosotros: los habitantes de la ciudad, como consumidores y presas del capitalismo.


La banalidad es el punto de partida, pues los trabajadores son tratados como esclavos por este sistema de producción, donde a la fabrica le importa mas el producir a grandes cantidades que saber que le gusta realmente a la gente, y así termina acumulando distintos tipos de espectáculos, pues ya solo es una farsa lo que al trabajador le acomoda, todo montado por la influencia de este capitalismo.


El ocio esta mezclado con el tiempo de producción, pues si no se trabajan las horas exigidas por las fabricas u oficinas, no hay derecho a un tiempo de esparcimiento, y de hecho hasta se cree que el trabajo es el ocio, al cual la sociedad tiene que estar unido, con lo cual se ha dejado el tiempo a la venta, siendo comprado por el capitalismo.


El capitalismo usa a la banalidad como un escaparate de placeres y mostrando de una manera distorsionada los deseos de la sociedad, atrayéndolos y deborándolos a su vez, para ser vomitados como un nuevo hombre social, que debe alimentarse de esa sangre producida por lo comercial , como una simple garrapata.

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